Roberto  Cortázar

Su casa es blanca, se viste de blanco y tiene dos pequeños perros raza bichon frise también blancos. Es este níveo amiente quirúrgico trabaja Roberto Cortázar. Es pintor precoz, nació en 1962 y estudió en La Esmeralda. Practica la esgrima y es lector de ensayo filosófico. Dice que nunca ve sus entrevistas, no hace autorretratos y pareciera que huye de su imagen en el espejo. De cualquier forma, cada pintura es él mismo, ese rostro masculino es suyo.

Quote Modifico a la figura humana sin recurrir a la imaginación

Con una pintura cerebral deformó su propuesta inicial de la figura humana. El movimiento de las obra de Cortázar hace al lienzo tridimensional para jugar con el espacio.

DECIDIR SER PINTOR

Desde niño sabía que me iba a dedicar a la visualidad, lo que Hegel llama el “arte plástico”. Por una serie de circunstancias, pude dedicar todo mi tiempo únicamente a pintar, cuando tenía unos 14 años de edad. Tenía una mesita de madera en la que de repente dije: “por fin ahora ya soy pintor, ya me dieron permiso de serlo”. Entonces en ese momento me quedo solo en lo que era mi pequeña habitación, y me pregunto por un instante, con un poco de angustia: ¿qué es ser pintor? Antes de terminar la pregunta me senté en mi mesita de dibujo pensando: “ser pintor es pintar, punto”. Como una especie de pulsión física, tomé un carbón que tenía ahí, una hoja grande, un cartón. Empiezas a moverte y algo surge, ahí no hay nada que puedas premeditar, no hay ninguna circunstancia que te lo permita. Surgió la silueta de una mujer desnuda de frente, no tengo idea por qué hice eso. Es lo que he pintado desde hace mucho tiempo, de ahí se supone que hago figura humana, pero es algo en lo que nunca he pensado simplemente es lo que surge.

LECCIONES SOBRE JOSÉ CLEMENTE OROZCO

Descubrí un cuadro de José Clemente Orozco de 1946. He estudiado particularmente las entreguerras y última posguerra, me han interesado mucho por razones orgánicas Bacon, Giacometti, Dubuffet, Graham Sutherland, Pierre Soulages, el Existencialismo francés, la pintura de Wolfgang Schulze, de Jean Fautrier. Orozco pinta El desmembrado con piroxilina sobre masonite. Tiene una figura muy particular, una composición muy similar a la de Coyolxauqui. Es el momento en donde él tiene absoluta libertad, no es una pintura historicista, pero una de las cosas más interesantes es que narrativamente no respeta la cronología tradicional de la perspectiva como pasado, presente y futuro. La temporalidad está hecha de otra manera y, al mismo tiempo, si bien tiene un conocimiento cubista de estructura, él lo hace así porque le da la gana, no está siguiendo ninguna escuela internacional. Orozco muere un par de años después de pintar ese cuadro. Llegué a mi estudio y comencé a bocetar variaciones del cuadro en la computadora e hice una serie de escritos sobre la originalidad de una vanguardia propia mexicana que se coloca entre las más avanzadas del mundo en ese momento. Trabajé básicamente con El desmembrado y La cabeza flechada, (de la serie Los Teúles, 1947), en esos cuadros yo me apoyó para desarrollar mi propia vanguardia.

LA DEFORMACIÓN DE LA FIGURA HUMANA EN EL MILENIO VISTO POR EL ARTE            

 

Cuando estuve trabajando con la pintura de José Clemente Orozco que se titula La cabeza flechada, descubrí que pone un óvalo con una serie de diagonales y horizontales. Este óvalo se empieza a distorsionar para que la cabeza pueda tener puntos expresivos mucho más amplios. La analicé durante mucho tiempo y decidí cambiar estas horizontales del cuadro de Orozco y que en mis composiciones se volvieran verticales, para enfatizar un ritmo que te pueda dar una representación de la figura que va más allá de la tradicional. Mi intensión era que la figura estuviera en una forma clásica pero que los modos de reconstruirla me permitieran una serie de distorsiones aleatorias o accidentales que pudieran modificar la forma de representar la figura humana sin tener que recurrir a la imaginación. No quiero que mi imaginación sea la que modifique a la figura, sino el espacio mismo del cuadro, la existencia del cuadro. Construyéndolas de este modo, cuando el espectador transita el cuadro va observando una serie de deformaciones y reconstrucciones. Van cambiando las formas, se ponen en un ángulo y hay un ritmo circular que hace un laberinto en el cuadro o del otro lado la zona es oscura o muy clara. A mí me interesa copiar y descifrar a la naturaleza. El espacio, cuando crea formas, las crea sin buscar a la forma misma, ésa es la función del espacio y del universo.

 

Venus (Número 2)

El desnudo se redimensiona y adquiere movimiento. El rostro no es estático, evoluciona. El color y la línea juegan a que nos confunden. Roberto Cortázar experimenta con un lienzo que no es plano, hace que se prolongue tridimensional, que se mueva con tres imágenes diferentes que comparten el mismo espacio pictórico. Esta búsqueda estética lo obliga a fragmentar la imagen para unirla de nuevo dentro de las fronteras del lienzo. Rompe y unifica. El movimiento hace que el espectador no pueda ver desde un solo ángulo a la pintura, hay que vivir este dinamismo con diferentes posiciones en relación al lienzo. El modelo se desdobla, como la personalidad humana. ¿Cuántas personas somos capaces de reunir dentro de nosotros mismos?


Óleo y punta de plata sobre panel

151 x 131 x 4.5 cm

2012 

   
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